Sí, hay un momento en el que te halaga que te digan que eres un héroe, cuando estás destrozado tratando de encontrar algún punto de apoyo. Pero, conforme pasa el tiempo, te das cuenta que ser un héroe significa ni más ni menos seguir estando sólo, eso sí, con unas palmaditas en la espalda acompañadas de un silencio helador.
No, no somos héroes a pesar de la insistencia de la sociedad, simplemente renunciamos a darnos por vencidos aceptando el orden natural de las cosas. Ni tampoco somos superhéroes por que no disponemos de ningún poder especial que nos eleve a esa categoría de dioses modernos.
No somos extraordinarios. Tenemos miedo, dudamos como el que más, metemos la pata más de lo que nos gustaría y, periódicamente, vacíos de energía, nos derrumbamos.
Mientras, esperamos que nuestra sociedad asuma su responsabilidad y abandone la cobardía, la comodidad o la incomprensión, liberándonos de la categoría de héroes.
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