Nos desnudan, nos saquean, nos echan a la calle recitando interminablemente su mantra de que la sagrada diosa de la economía lo requiere para no reconocer que son sus privilegios los que no quieren que se toquen.
Ellos son los fuertes y nosotros los débiles, dicen. Y tienen razón por que ellos forman una piña en defensa de sus intereses y nosotros andamos lamiéndonos nuestras llagas confiados en que sean las últimas que padezcamos. Pero cada día tenemos más heridas por que ellos conocen nuestra debilidad: el miedo.