Divide y vencerás
En nuestras globalizadas sociedades occidentales apenas existe rastro de aquellos grandes complejos industriales donde los trabajadores tenían la necesidad de agrupar sus fuerzas en defensa de sus derechos e intereses. Cierto es que cuando recurrían a la huelga los principales afectados eran ellos, sus familias y la producción de las fábricas en cuestión.
Hoy en día, en nuestra sociedad, en donde prima el sector servicios, cuando los trabajadores van a la huelga, los principales perjudicados siguen siendo ellos mismos y sus familias, pero también los trabajadores que utilizan esos servicios. Entonces nos recuerdan que los trabajadores de hoy somos principalmente consumidores. Así, establecida una nueva categoría de ciudadanos, es posible enfrentar a sectores de la sociedad entre sí.
Podemos ver la atención que se dedica a la "defensa de los derechos de los consumidores", desde una perspectiva individualista, y el dudoso papel que se reserva para los sindicatos y las reivindicaciones de los trabajadores, siempre bajo la sombra de sospecha de los privilegios, la insolidaridad, el egoísmo o la extorsión.
Trabajadores y consumidores somos los mismos sujetos enfrentados, en muchos casos, a grandes maquinarias económicas interesadas en disociar ambos conceptos en beneficio propio, un beneficio cada vez más alto por arriba y más menguado por la base.
En nuestras globalizadas sociedades occidentales apenas existe rastro de aquellos grandes complejos industriales donde los trabajadores tenían la necesidad de agrupar sus fuerzas en defensa de sus derechos e intereses. Cierto es que cuando recurrían a la huelga los principales afectados eran ellos, sus familias y la producción de las fábricas en cuestión.
Hoy en día, en nuestra sociedad, en donde prima el sector servicios, cuando los trabajadores van a la huelga, los principales perjudicados siguen siendo ellos mismos y sus familias, pero también los trabajadores que utilizan esos servicios. Entonces nos recuerdan que los trabajadores de hoy somos principalmente consumidores. Así, establecida una nueva categoría de ciudadanos, es posible enfrentar a sectores de la sociedad entre sí.
Podemos ver la atención que se dedica a la "defensa de los derechos de los consumidores", desde una perspectiva individualista, y el dudoso papel que se reserva para los sindicatos y las reivindicaciones de los trabajadores, siempre bajo la sombra de sospecha de los privilegios, la insolidaridad, el egoísmo o la extorsión.
Trabajadores y consumidores somos los mismos sujetos enfrentados, en muchos casos, a grandes maquinarias económicas interesadas en disociar ambos conceptos en beneficio propio, un beneficio cada vez más alto por arriba y más menguado por la base.