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jueves, 3 de diciembre de 2015

La crisis de Papá Noel

Tiene un trabajo por horas durante unas escasas semanas, cobrando a cinco o seis euros la hora. 
Papá Noel está gordo, obligatoriamente gordo. No puede hacer dieta para cumplir con su papel, y pinta canas y arrugas en la piel. 

Los sueños, los verdaderos sueños, en esta maravillosa sociedad del sálvese quien pueda, cotizan muy barato, tanto como el trabajo. Y el de Papá Noel no es una excepción. Por mucho que se empeñen con su verborrea de recetas misioneras y visionarias, lo único que les interesa de sus Papá Noel es su sonrisa mientras dura la representación. 

Estamos saliendo de la crisis pero Papá Noel no lo sabe todavía y arrastra su vida y su trabajo en un mundo de luces de colores que se apagan al irse el último cliente.