Querido lector de cualquier sexo o condición, este cuaderno nace de mi necesidad de reflexionar y a ella exclusivamente responde; ni a mercados, ni a rankings, ni a audiencias.

Si lo que aquí escribo merece tu interés, te propongo que te suscribas a las novedades por medio del correo o de los feed para conocer cuando hay una nueva publicación, que es muy de vez en cuando. Sin publicidad.

Gracias por tu interés y bienvenidos sean los comentarios.

domingo, 13 de agosto de 2017

No somos héroes

Parados de larga duración que se levantan cada mañana para volver a recorrer caminos cegados. Familias que deben atender a personas dependientes o con discapacidad sin más ayuda que palabras de consuelo y admiración. Personas que no cejan en el empeño de vivir su vida con dignidad ejerciendo unos derechos apenas reconocidos en el papel.

Sí, hay un momento en el que te halaga que te digan que eres un héroe, cuando estás destrozado tratando de encontrar algún punto de apoyo. Pero, conforme pasa el tiempo, te das cuenta que ser un héroe significa ni más ni menos seguir estando sólo, eso sí, con unas palmaditas en la espalda acompañadas de un silencio helador.

No, no somos héroes a pesar de la insistencia de la sociedad, simplemente renunciamos a darnos por vencidos aceptando el orden natural de las cosas. Ni tampoco somos superhéroes por que no disponemos de ningún poder especial que nos eleve a esa categoría de dioses modernos.

No somos extraordinarios. Tenemos miedo, dudamos como el que más, metemos la pata más de lo que nos gustaría y, periódicamente, vacíos de energía, nos derrumbamos.

Hacemos lo que hacemos por que es nuestra responsabilidad como personas y como ciudadanos, con la única ayuda de nuestras manos y nuestro entender, convencidos de que parados no se avanza.

Mientras, esperamos que nuestra sociedad asuma su responsabilidad y abandone la cobardía, la comodidad o la incomprensión, liberándonos de la categoría de héroes.