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martes, 30 de septiembre de 2014

Otras civilizaciones en el universo

Las contradicciones cuestionan nuestro modelo social; los misterios nuestro conocimiento.
El ser humano en occidente ha vivido muchos siglos creyéndose el centro del universo, apoyado en una cosmología religiosa que le situaba como hijo directo de un dios que ponía a su servicio todo cuanto existía.
Tuvo que apearse de la idea de que el mundo acababa en los confines del horizonte; después, que nada giraba alrededor de la Tierra (a excepción de la Luna); y ahora hemos tenido que admitir que en el universo existen millones de lugares similares al nuestro, esto es, que pueden albergar formas de vida evolucionadas.
Screenshot from IMAX® 3D movie Hidden Universe showing the Carina Nebula
Nébula Carina
By ESO/T. Preibisch. [CC-BY-3.0], via Wikimedia Commons
Pero aun hoy nos seguimos aferrando a la idea de que somos el centro de todo cuanto existe cuando afirmamos que no es posible que otras civilizaciones de fuera de nuestro planeta puedan estar visitando la Tierra incluso desde hace cientos de siglos.
Es difícil plantearse esta situación cuando somos de momento la medida de lo que conocemos. Pero, si aceptamos la posibilidad de otras civilizaciones, tenemos que admitir racionalmente que nuestro nivel de desarrollo científico, social, cultural, económico o político no tiene por que coincidir ni seguir los patrones de aquellas, y por tanto no podemos establecer una comparación para situarnos con respecto a ellas.
Es un gran reto para los pequeños humanos que poblamos una insignificante molécula del universo. Para muchas personas esto puede ser una disgresión especulativa, pero hay cada vez más indicios que apuntan a la necesidad de empezar a asumir este tema para enfrentarnos racionalmente a las profundas implicaciones que plantea a la humanidad, en todos los órdenes.