Cuando está seca,
las grandes lluvias se llevan por delante cualquier asomo de vida refugiado entre sus pliegues,
sin lograr penetrar lo más mínimo bajo su superficie.
La lluvia mansa es la única que pueda devolverle su vida,
empapándola hasta lo más hondo para que arraigue con fuerza,
aún después de que haya cesado.
Dayaram Arriola
las grandes lluvias se llevan por delante cualquier asomo de vida refugiado entre sus pliegues,
sin lograr penetrar lo más mínimo bajo su superficie.
La lluvia mansa es la única que pueda devolverle su vida,
empapándola hasta lo más hondo para que arraigue con fuerza,
aún después de que haya cesado.
Dayaram Arriola
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