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martes, 11 de noviembre de 2014

La trampa de la bajada de impuestos y la deuda

Uno de los argumentos estrella del neoliberalismo es que la bajada de impuestos permite a los ciudadanos disponer de más efectivo para gastar, con lo que se lograría recuperar ingresos fiscales e incentivar la economía.
Sin entrar en análisis estadísticos que confirmen o no esta hipótesis, resulta altamente improbable que esto ocurra cuando los mismo personajes mantienen como otro mantra la necesidad de bajar los salarios de los trabajadores (no confundir con los de la directivos), tema en el que se muestran muy activos y eficientes.

Ambos dos principios son contradictorios a no ser que haya un puerta trasera donde se escondan los verdaderos objetivos de tales propuestas.
Efectivamente, las bajadas de impuestos son especialmente beneficiosas para las clases altas, lo que les permite aumentar el capital disponible mientras que los estados ven como menguan sus ingresos en tanto en cuanto no se produce la vaticinada recuperación económica (entiéndase de la sociedad en su conjunto no de los mercados) y nos van reduciendo los salarios. De este modo, a los estados no les queda más remedio que endeudarse para poder financiar sus servicios, cerrando un negocio redondo por parte del capital que ve como consigue estrujar aún más el retorno de ingresos públicos a sus arcas. Por ende logra también aumentar considerablemente el control político de los estados democráticos por la vía de la dependencia económica.
Si a todo lo anterior le añadimos la reducción de los servicios que recibimos los ciudadanos con nuestros impuestos y los llamamientos al consumo de servicios privados por "su mayor calidad" o por la "libertad de elección", no podemos sino admitir que nos encontramos ante uno de los negocios más redondos de los últimos tiempos, lástima que sea a costa de nuestro silencio, nuestra salud, nuestra educación y nuestras pensiones.

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